domingo, 22 de julio de 2012

El gran Frailón de Peñarcil en la Umbría la Rula...

Desde arriba se divisa un paisaje espectacular, con el  incomparable azul de los cielos de Teruel como techo. Estamos a 1600m sobre el nivel del mar y toda la cuenca alta del Mijares se abre a nuestros pies con la preciosa imagen de un pueblo medieval como Mora de Rubielos por atalaya. Seguimos visitando comarcas buscando puntas a las que encaramarnos, conociendo lugares, paisajes, gentes e historias que contar. El nombre de esta maravillosa punta nos lo facilitó un antiguo trabajadorde la torre de incendios que hay las inmediaciones, septuagenario ya  y muy buen conocedor de la zona.
A poco más de un kilómetro de donde hemos protagonizado nuestra última aventura con la conquista de la cumbre del Frailón a través de sus 21,43m de cuarto grado por su cara norte, acaeció también una escalada pero no deportiva sino de violencia hace ahora 65 años. Según nos cuenta José Ramón Sanchis Alfonso en su extraordinario, extremecedor y escalofriante documento histórico “Maquis: una historia falseada”, un grupo de la Guardia Civil fusiló en el barranco del Arco a diez acusados por su presunta colaboración con la Guerrilla. Estos formaban parte de los 22 detenidos de las localidades de Gudar, Aliaga y Montoro de Mezquita para hacer “justicia” tras el ataque de los maquis a Gudar el 29 de septiembre donde se asesinaron a ocho vecinos. Las autoridades franquistas, con el recién nombrado gobernador civil Manuel Pizarro al mando, querían dar un escarmiento a los guerrilleros matando como represalia al doble de los caídos en 1947 en Gudar a manos del Maquis. (Nos hemos pasado 20 años hablando de Puertohurraco como el paradigma del rencor y la venganza y la de Gudar no fue ni mucho menos menor). El lugar ya no huele a sangre, polvora ni venganza, pero conviene recordar nuestra cruda historia para que nunca vuelva a pasar, como reza el cartel colocado al lado de Fuenarices en la entrada del barranco del Arco. 


lunes, 16 de julio de 2012

Las tres puntas del Morrón de Cuevas de Cañart...

Hace ya un tiempo, una imagen en una revista de naturaleza me perturbó por no saber a que parte del Maestrazgo correspondía, cosa que nunca he podido soportar debido mi imperante deseo por conocer palmo a palmo cada uno de los paisajes y rincones turolenses.
Pertenecía a la bajada de la Sierra de los Caballos por el Val del Castillo hacia Dos Torres de Mercader, pero en cuyo encuadre no aparecía el emblemático e impactante Morrón de Cuevas de Cañart que desde allí se divisa como un monolito gigantesco a media ladera.
Cualquiera que haya pasado por aquí se habrá fijado y quizá haya deseado subir hasta su cumbre preguntándose qué habrá allá arriba.
La ascensión al fin fue cómoda, bonita, rápida y relativamente sencilla. Nos quedó tiempo aquella tarde para poder disfrutar de otra de nuestras pasiones veraniegas: el barranquismo, por lo que aprovechando nuestra estancia allí decidimos refrescar nuestro sudor con las limpias aguas del Cañón del Huergo al otro lado del vecino embalse de Santolea.
Volveremos de nuevo pues los grandiosos pasisajes que hemos divisado están repletos de crestas, cumbres y barrancos que nuestros ojos anhelan conocer, pero contemplarlos como merecen requiere su tiempo. Este interminable laberinto de las maravillas da mucho juego.

domingo, 1 de julio de 2012

Mi sexto sentido...

                 En este continuo hacer y deshacer el camino, nos presentamos esta vez en el acogedor barrio de Las Alhambras, donde, además de sus amables vecinos, nos dan también la bienvenida sus imponentes agujas: joyas naturales desconocidas por muchos y admiradas por otros pocos. Cualquiera de ellas nos invita a la escalada, pero es la "Roca del la Cueva" la que nos hechiza. Lejana y especial, es de todas la que elegimos.

                Aún así y por mucho que me empeño en lo contrario, es mi sexto sentido quien me paraliza una y otra vez y me hace pensar más de la cuenta cuando la miro desde abajo. Insignificante, mi condición humana me juega malas pasadas cuando afronto grandes retos, lo racional. Frente a ello, la necesidad de lo contrario para afrontar la pared. Luis ofrece la solución esta vez, su valentía y aplomo liderará la cordada, nos metemos...

               El recorrido finalmente ha sido mágico y vertical, comparable al que, según la alquimia, sigue la materia hasta transformarse en oro. Una roca convertida por un cúmulo de sensaciones en un metal precioso. Una roca que ya será para siempre otra de nuestras puntas.