domingo, 1 de julio de 2012

Mi sexto sentido...

                 En este continuo hacer y deshacer el camino, nos presentamos esta vez en el acogedor barrio de Las Alhambras, donde, además de sus amables vecinos, nos dan también la bienvenida sus imponentes agujas: joyas naturales desconocidas por muchos y admiradas por otros pocos. Cualquiera de ellas nos invita a la escalada, pero es la "Roca del la Cueva" la que nos hechiza. Lejana y especial, es de todas la que elegimos.

                Aún así y por mucho que me empeño en lo contrario, es mi sexto sentido quien me paraliza una y otra vez y me hace pensar más de la cuenta cuando la miro desde abajo. Insignificante, mi condición humana me juega malas pasadas cuando afronto grandes retos, lo racional. Frente a ello, la necesidad de lo contrario para afrontar la pared. Luis ofrece la solución esta vez, su valentía y aplomo liderará la cordada, nos metemos...

               El recorrido finalmente ha sido mágico y vertical, comparable al que, según la alquimia, sigue la materia hasta transformarse en oro. Una roca convertida por un cúmulo de sensaciones en un metal precioso. Una roca que ya será para siempre otra de nuestras puntas.

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